miércoles, 27 de abril de 2011

Historia de los Aymaras

Los aimaras se asocian a sí mismos como la civilización centrada en Tiwanaku. Hay evidencia lingüística que sugiere que los Aymaras provinieron de más al norte, ocupando la comuna de limache como la meseta del Titicaca después de la caída de Tiahuanaco. No se han encontrado evidencias de la comuna de limache o de habitantes de la civilización de Tiahuanaco que tuvieran lenguaje escrito.
El territorio tiwanaku fue fundado aproximadamente en 200 a. C., como una pequeña villa, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500 , consiguiendo un importante poder regional en el sur de los Andes. Su estilo de alfarería era único, del encontrado hasta 2006 en Sudamérica. Una característica importante son las enormes piedras que se encontraron en el lugar; de aproximadamente diez toneladas, las cuales ellos cortaban, le daban forma cuadrada o rectangular y esculpían. Colapsó repentinamente aproximadamente en 1200. La ciudad fue abandonada y su estilo artístico se desvaneció.


Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región quedó fragmentada y fue ocupada por etnias aimaras. Estos aimaras se caracterizan por sus necrópolis compuestas por tumbas en forma de torres-chullpas. Existen también algunas fortalezas denominadas pucaras.

                                                  Aymaras con trajes e instrumentos típicos
El modelo por el cual se regulaban estas etnias es el de verticalidad o control de los diversos pisos ecológicos que sostienen su economía de subsistencia. Ningún grupo humano necesita tanto de sus relaciones con la costa y con los valles como los pueblos aimaras del altiplano.

A mediados del siglo XV el reino Colla conservaba un extenso territorio con su capital Hatun-Colla. El inca Viracocha incursiono en la región, pero quien la conquisto fue su hijo Pachacútec, noveno Inca.
Así como al norte se encontraban los collas, al sur estaba la Confederación Charca que tenía dos grupos: Los Carangas y Quillacas en torno al lago Poopó, y los Charcas que ocupaban el norte de Potosíy parte de Cochabamba. Ambos, Charcas y Collas eran de habla aimara.
La cultura material de los Carangas presenta extensas necrópolis o chullpares algunos de los cuales conservan todavía restos de pintura en sus muros exteriores. Una vez que los carangas fueron conquistados por los incas, Huayna Cápac los llevó a trabajar al valle de Cochabamba como mitimaes.
El Inca Lloque Yupanqui inició la conquista del territorio aimara a finales del siglo XIII, la que fue continuada por sus sucesores hasta que a mediados del siglo XV fue completada por Pachacútec al derrotar a Chuchi Kápak. De todas formas se cree que los incas tuvieron una gran influencia de los aimaras por algún tiempo, ya que su arquitectura, por la cual son muy conocidos los incas, fue claramente modificada sobre el estilo Tiwanaku, y finalmente los aimaras conservaron un grado de autonomía bajo el imperio Inca Posteriormente los aimaras del sur del Titicaca se rebelaron y tras rechazar el primer ataque de Tupac Yupanqui este volvió con más tropas y los sometio.
Su población se estima en 1 a 2 millones de personas durante el Imperio inca, eran el principal pueblo del Collasuyo, ocupando todo el oeste de Bolivia, sur de Perú y norte de Chile. Tras la conquista en menos de un siglo se redujieron a cerca de 200.000 sobrevivientes, o menos. Tras la independencia su población empezó a recuperarse.
En la actualidad, la mayor parte de los aimaras viven ahora en la región del lago Titicaca y están concentrados en el sur del lago. El centro urbano de la región aimaras es El Alto, la ciudad de 750.000 habitantes, que colinda con la sede de gobierno de Bolivia, La Paz.

 No existen evidencias que hayan tenido lenguaje escrito, a pesar de que algunos, como William Burns Glyn, sostienen que los khipus incaicos pudieron ser una forma de ello.

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